Para comprender qué es un antioxidante debemos conocer primero qué son los oxidantes y, para ello, debemos recurrir a un poco de química básica.
El átomo es la unidad mínima con la que se construye una molécula (como carbohidratos, grasas, proteínas, material genético). Cuenta con un núcleo y órbitas que lo rodean con diferente cantidad de electrones. Si la última capa u órbita está completa de electrones, el átomo o molécula (conjunto de átomos) está estable. En el caso de que a la última órbita le falte 1, 2 o más electrones, se encontrará inestable, en desequilibrio. Como todo en la naturaleza, el átomo también aspira a la estabilidad; estabilidad eléctrica.
Los Radicales Libres
Un radical libre (o agente oxidante) es un átomo o molécula eléctricamente inestable que recorre el cuerpo y tiende a captar electrones para recuperar su equilibrio. Esto los hace peligrosos porque en ese proceso atacan a moléculas estables. La molécula inestable se convierte a su vez en un radical libre y así se inicia un ciclo destructivo para las células.
El exceso de radicales libres no puede ser eliminado por el cuerpo y son capaces de dañar las membranas de nuestras células y destruir o provocar mutaciones en el ADN, facilitando el desarrollo de enfermedades. La acción de los radicales libres está asociada al cáncer, al envejecimiento y al daño de las arterias debido al colesterol “oxidado”
¿Cómo se generan estos radicales libres? Con la radiación ultravioleta, el tabaco, la contaminación atmosférica, los fármacos, el estrés, los herbicidas, el propio metabolismo, los productos químicos oxidantes, el estado de enfermedad o inflamatorio, entre otros. El cuerpo necesita de una cierta cantidad de radicales libres para algunos de sus procesos, pero lo requiere en su justa medida. Cuando hay un exceso comienzan a dañarse biomoléculas y a esto se lo denomina estrés oxidativo.
Aquí viene a jugar su papel el antioxidante, que es capaz de donar un electrón a los radicales libres, evitando la oxidación. Lo donan sin perder su propia estabilidad electroquímica. Cada antioxidante se comporta de manera diferente según sus propiedades; es decir que no todos los antioxidantes “equilibran” a todos los radicales libres. Para cada enfermedad, hay un tipo. Por ejemplo, la cúrcuma tiene un gran poder antioxidante pero sólo actúa sobre un grupo de radicales libres. Lo importante, entonces, es la variedad de antioxidantes que consumimos.
¿Dónde los encontramos? En todas las frutas y verduras, la vitamina C, la vitamina E -presente en el aceite de oliva, frutos secos y semillas- y el té verde, entre otros. Una dieta variada nos provee los antioxidantes necesarios para llevar una vida equilibrada. En el caso de tener un déficit de alguna vitamina en particular, se puede incorporar un suplemento vitamínico, consultando previamente con el médico.
MVC
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