De acuerdo con la RAE, un satélite artificial es un “vehículo tripulado o no, que se coloca en órbita alrededor de la Tierra u otro astro. Lleva aparatos apropiados para recoger información y retransmitirla”. En este sentido, poco después de la Segunda Guerra Mundial, comenzaron a usarse para el progreso de las telecomunicaciones.
Un poco de historia…
En 1945 Arthur Clarke (1) propuso, en un artículo científico, un sistema de comunicación a través de repetidoras colocadas en órbita a 36000 km. Su idea tardó más de una década en hacerse realidad.
El 4 de octubre de 1957 se produjo el lanzamiento del primer satélite artificial, el Sputnik1 (URSS). A partir de ese momento comienza una vertiginosa carrera satelital, sobre todo entre las dos potencias del momento: la URSS y los EEUU.
En agosto de 1960 se lanzó el llamado globo Echo-1 (EEUU/NASA), que contaba con una superficie metalizada donde se reflejaban las ondas.
En 1962 se fundó el COMSAT Corporation (EEUU), la primera compañía dedicada exclusivamente a telecomunicaciones por satélite.
Entre 1965 y 1975 los soviéticos lanzaron 29 satélites. Este hecho tuvo un impacto social, político y económico considerable en el desarrollo del país, ya que conectó regiones de Europa Oriental y Mongolia, con Moscú.
En 1965 EEUU puso en órbita el primer satélite para comunicaciones marítimas.
En la década del ’70 varios países lanzaron los propios con el objetivo de generar sus propias redes.
En lo concerniente a la Argentina, todo comenzó en enero de 1990, con un desarrollo de la filial argentina de AMSAT. Hoy en día, empresas como INVAP, Arsat y organismos como la CNEA participan activamente en el desarrollo y puesta en órbita de nuevos modelos.
Cómo está compuesto un sistema de comunicación por satélite
Segmento espacial: es el satélite. Una estación repetidora que amplifica y reenvía la débil señal que le llega, hacia las diferentes estaciones terrenas de su zona de cobertura.
Enlace ascendente (Tierra-Espacio) y descendente (Espacio-Tierra). Su función fundamental es la propagación de las ondas, que se ven atenuadas por las distancias y las frecuencias utilizadas, además de factores climáticos como la lluvia. El centro de control es el encargado, desde tierra, de supervisar la órbita, estado, mantenimiento y calidad del satélite.
Segmento terreno, compuesto por: la estación terrena transmisora (recibe la señal a transferir), la estación terrena receptora (es la encargada de recibir, amplificar y dejar la onda en condiciones óptimas para ser transmitidas por las redes terrenales) y las redes terrenales (permite el transporte de la señal a otros puntos, fuera de la estación receptora).
Tipos de satélites
- Por su utilidad: están los de comunicación, de ciencia, de meteorología, navegación, teledetección, entre otros.
- Por su órbita:
No geoestacionarios: los hay de dos clases: Órbita baja, situados a una altitud de entre los 725 y los 1.450 km. Son necesarios más de cuarenta, para una cobertura total. Órbita media alta, situados a una altitud que oscila entre los 9.600 y los 21.000 Km, aproximadamente; de diez a quince alcanzan, para abarcar toda la Tierra. Tienen la ventaja de ser más baratos de producir que los geoestacionarios, pero se necesitan muchos más para poder cubrir todo el globo.
Geoestacionarios. Orbitan a 35786 kilómetros sobre el ecuador terrestre, logrando que su rotación alrededor de la Tierra sea exactamente de 24 horas. Éste es el motivo por el cual siempre se los ve en el mismo lugar, desde la superficie del planeta. Con cuatro de estos artefactos se cubre casi la totalidad de la Tierra.
AR
(1)Científico y escritor inglés (16/12/1917 al 19/3/2008). Autor de “2001: (Una) Odisea del espacio”, entre otros.
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